Poco a poco observando. Poco a poco alejándome. Poco a poco me desintegro, me deshago en cenizas que vuelan por los montes. Desaparezco del mundo, me alejo más y más de ti. Poco a poco te voy perdiendo, y no me doy cuenta. Poco a poco te desvaneces de mis pensamientos, desapareces de mi vida. Tan poco a poco que apenas lo percibo. Como un árbol que va perdiendo sus hojas, no lo siento, pero al final me encuentro desnuda ante nadie, porque ya te has ido.
Poco a poco reviento al sentir la soledad. Poco a poco respiro cuando vuelvo a suspirar. Poco a poco mi vida va perdiendo sentido, pero hasta ahora no me di cuenta. Pensé que podría seguir, que mi vida no estaba atada, que sola nadie me dañaría, que podría seguir. Y, sin embargo, me encuentro sola, en una playa desierta, donde nadie chapotea, donde nadie dice nada, donde no hay nadie.
Poco a poco me di cuenta de que estabas junto a mí, aunque estuvieras lejos. No te quise sentir cerca, pensé que no era así y te fui perdiendo poco a poco. El precioso amanecer de una esperanza. La delirante agonía de haberte tenido, y nada será igual. Te fui perdiendo y te perdí. Ojalá pudiera dar marcha atrás y elegir otro camino. Pero no puedo. He de seguir por mi propio camino. He de aceptar que te he perdido. Que no volveré a tenerte y que me has olvidado. No te culpo. El destino así lo quiso. Y así lo hizo. Poco a poco te fui perdiendo. Poco a poco te olvidé. Poco a poco me di cuenta de que no te necesitaba. Poco a poco fui echando de más todo lo que me dijiste. Dejó de significar algo para mí. Poco a poco te olvidé.
Foto: «Desenfocado», por Caótica