Tú me importas. Yo pensé que te importaba. De hecho creo que sí… hasta que… Bueno, hasta hace poco.
Un día, un rayo de sol penetró por mis ojillos. Me levanté dispuesta a dar lo mejor de mí. Salí a la calle y corrí, salté, intenté divertirme… Pero todo estaba tan vacío. Faltaba algo. Entonces apareciste tú. Lleno de alegría y de vida. Me hiciste sonreír. Tú llegaste a apreciarme y yo llegué a amarte. Éramos tan felices. Me agradecías de mil maneras que estuviera ahí para ti. Y yo reía y te daba aún más.
El sol nos acompañaba durante el día y por la noche la luna nos iluminaba con su bella sonrisa. Estábamos todo el día juntos. Día y noche. Como ahora. Pero ahora es diferente. Entonces me querías. Pasabas mucho tiempo con tus amigos y tu familia, pero siempre tenías unos minutos para mí, para mirar mis ojos azules y decirme en silencio que me querías.
Te ofrecí montañas de amor, mares de pasión y praderas de sentimiento. Y tú los aceptaste. Me besaste como nadie más lo hizo. Lograste que me sintiera la mejor entre todas las demás. Me tenías a la altura de una diosa y me quisiste. Yo sé que me quisiste.
Pero hay algo que no entiendo. Hay algo que aún no entiendo: ¿por qué ya no quieres todo lo que te ofrecí? Has dejado de amarme y quieres hacerme daño. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué talas mis pulmones sin ningún remordimiento? ¿Por qué contaminas mis mares y mis océanos? ¿Por qué matas mis animales? Te ofrecí su compañía y así me lo pagas. ¿Por qué haces que me intoxique con tu contaminación? ¿Por qué incendias mis bosques y asesinas a mis amigos para abrigarte mejor? ¿Por qué me estás matando poco a poco? ¿Por qué me haces agonizar? ¿Por qué te estás matando a ti mismo? ¿Acaso no estás contento con tu vida? ¿Por qué no me amas como yo te amo a ti?
Tú me importas. Yo pensé que te importaba. De hecho creo que sí… hasta que… Bueno, hasta hace poco, apenas unos siglos.
Fdo. La Madre Naturaleza
Foto: «Tree», por Las Heras